No encuentro una forma mejor para empezar el año que hablar sobre mi libro favorito y sobre una autora que ha marcado mi vida desde el momento en el que llegué al mundo:
Nació en el seno de una familia chilena acomodada pero con las claras convicciones de un cambio próximo bajo el liberalismo y el socialismo. Su infancia la pasó viajando de un lado para otro, bebió de las influencias de las diferentes culturas que conoció durante su adolescencia y conoció con prontitud el amor. Supo desde joven que quería contar la verdad a su manera, utilizar el don que tenía para escribir y transmitir sus experiencias al mundo, primero como periodista y, más tarde, como escritora. Sus influencias vienen del boom literario en Latinoamérica, incluso algunos se empeñan en encuadrarla y compararla con los más grandes autores de esta corriente.
Isabel Allende publicó su primer libro a una edad
madura, a pesar de ello, no significó un fracaso, sino todo un éxito de ventas
que le catapultó a lo más alto de la esfera literaria.
La casa de los espíritus refleja la evolución de
la sociedad chilena desde principios del siglo XX hasta después del golpe de
Estado del general Pinochet en 1975. Todo esta historia narrada desde el punto
de vista de toda una saga de féminas revolucionarias y adelantadas al
pensamiento de su época. Un relato en el que se entremezclan los elementos
fantásticos, como los espíritus que habitan el hogar de los Trueba, con elementos
tan reales como las torturas sufridas por Alba, narradora de la historia y
miembro de la familia Trueba, durante la revolución que derrocó del poder en el
gobierno chileno al tío de la propia escritora, Salvador Allende. Este relato
ha sido comparado erróneamente con otras obras del boom como Cien años de soledad de Gabriel García
Márquez o Pedro Páramo de Juan Rulfo
aunque hay diferencias importantes, son más las semejanzas que los unen por la
gran influencia que han tenido estos autores en Isabel Allende.
Esteban Trueba espera conseguir una posición
acomodada para poder llegar alto en la escala social. Para conseguir su
propósito, decide pedir en matrimonio la mano de Rosa del Valle, hija mayor de
un importante senador, pero la repentina muerte de ésta trunca los planes de
Esteban; con el paso del tiempo, el joven consigue amasar una cuantiosa
cantidad de dinero que le permite comprar la finca llamada Las Tres Marías, en
el Chile más rural, y vuelve para pedir la mano de la hermana menor de Rosa,
llamada Clara, que a pesar de ser mucho más joven que Esteban acepta la
propuesta de éste. La joven es conocida por su clarividencia, que le permite
comunicarse con entes de otras dimensiones que le avisan de los acontecimientos
futuros. Clara comienza a compartir su vida con Esteban en Las Tres Marías y
son acompañados por Férula, la hermana de Esteban, quien hace las veces de ama
de llaves a pesar de ser un miembro de la familia. La finca les permite vivir
cómodamente, los campesinos que trabajan para la familia Trueba son pacíficos y
están subordinados a las órdenes de su patrón.
El matrimonio Trueba Del Valle disfruta de una vida
matrimonial dichosa, bendecida con el nacimiento de su hija Blanca y de los
gemelos Jaime y Nicolás. Cuando la hija de Esteban y Clara alcanza la edad
adulta, se enamora de uno de los campesinos que trabajan para su padre y éste,
al enterarse, decide matar al chico; Clara, en un intento desesperado de
mantener la felicidad de su hija, es golpeada con fuerza por Esteban y ésta
decide retirarle la palabra. A partir de entonces, las cosas comienzan a
cambiar para la familia Trueba, quien ve que su matriarca y pilar fundamental
comienza a hacer su vida en paralelo.
Con este relato sobre una familia matriarcal, Isabel
Allende arroja un poco de luz sobre la situación que se vivió durante buena
parte del siglo XX y cómo cambiaron los acontecimientos bajo el yugo de la
dictadura de Pinochet. Una historia tierna, llena de magia, de feminidad y
realismo que refleja el día a día de una familia muy poco común. Una historia llevada al cine, protagonizada por Meryl Streep, Jeremy Irons, Winona Ryder, Antonio Banderas y Glenn Close.
Alba Berlanga
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