<< Un buen libro no se mide sólo por sus
últimas palabras, sino por el efecto colectivo de todas las palabras
precedentes. Apenas medio segundo después de haber terminado el libro, tras
haber leído la última palabra, el lector debe sentirse invadido por un fuerte
sentimiento: durante un instante, solo debe pensar en todo lo que acaba de
leer, mirar la portada y sonreír con un gramo de tisteza porque va a echar de
menos a todos los personajes. Un buen libro, es un libro que uno se arrepiente
de terminar.>>
Mi
libreta de notas echaba humo estos días durante la lectura de ésta fascinante
novela. Casi me costaba mantener el ritmo ya que me tenía que parar cada dos
páginas para anotar párrafos como el que abre la entrada de ésta semana.
Nunca
he estado tan de acuerdo con una afirmación.
Ésta historia llegó a mis manos el 24 de
diciembre, entregada por un hombre con barba blanca y traje rojo que suele
hacer su aparición estelar por estas fechas. Ya me rondaba en la cabeza y se me
iban los ojos hacia ella cada vez que pisaba las librerías. Y por fin, esa
noche, empezamos a conocernos. Quebert y
yo, Goldman y yo, Nola y yo…
Un
nuevo libro, es una nueva vida que empieza. Nuevas historias, personas,
preocupaciones. Noches en vela que se van sin darse cuenta tras la famosa
afirmación de “un capítulo más y paro”
Y
así entre exámenes y obligaciones me escapaba para meterme de lleno en el caso
Quebert.
La
pregunta que me rondaba la cabeza cuando empecé a leerlo era ¿merece la fama
que tiene?
Ahora
es cuando puedo contestar a ella. Sí.
Intriga,
trama, tensión, psicología… son algunos de los ingredientes estrella de esta
historia.
El
caso Quebert nos sumerge de lleno en la desaparición de una chica de quince
años, Nola. Desaparición que no empezó a investigarse hasta el hallazgo del
cuerpo de la joven 33 años después. A su
vez entablamos una estrecha relación con el protagonista de la novela: Marcus
Goldman, escritor perdido, inteligente y dispuesto a cerrar el caso para ayudar
a su mentor y único amigo, Harry Quebert.
Muchas
son las novelas negras que asolan las
librerías desde la famosa saga de Larsson “Los hombres que no amaban a las
mujeres”
En
este caso JOËL DICKER profundiza en la psicología de los personajes y de la
sociedad. Cómo puede afectar o variar la opinión publica. Qué hay detrás de un
juicio de valor y en qué se fundamenta la sociedad para pronunciarse al
respecto.
Dicker
es capaz de mantener la intriga desde el primer capítulo, te engancha como una
droga, necesitas saber. Lo mejor de la
novela, por lo menos para mí, es que no es obvia. Cuando parece que el caso
puede llegar a su fin te sorprende con giros inesperados continuamente durante
sus 600 páginas.
Te
absorbe hasta el punto de sentir empatía por los personajes que ya no
puedes respaldar. Te vas formando tu propia historia a medida que vas leyendo.
Ya que en cada página te aporta datos nuevos que la van desmontando
continuamente.
Yo
describiría esta novela como una montaña rusa. Vas pasando por estados de ánimo
continuamente: tensión, miedo, emoción, tristeza… no cansa en ningún momento. Es
una mezcla entre ficción y lecciones morales, de vida, de libros.
Vives
paso a paso, página a página la angustia de Marcus por llegar a la verdad.
Coges el coche con él, haces las entrevistas con él, deducís juntos las
posibilidades. Dicker nos mete de lleno
en el caso, nos convierte en un investigador más, nos hace parte de la
historia. Vamos juntos de la mano a resolver quien mato a la pequeña Nola Kellergan.
Como
siempre, ya sabéis que le dedico su párrafo, no pueden faltar: personajes.
Brillantes, que voy a decir. Personalidad, señores. Eso es lo que encontramos
en esta novela. Hasta la camarera más insignificante tiene una personalidad
destacable. Los personajes están cuidados, trabajados y enfocados a la
historia. Nada es casualidad, todas las conversaciones tienen un fin y un
trasfondo, todo forma parte de la historia. Nada es relleno.
¿Por qué leer esta novela?
Mis
motivos:
Argumento.
Trama con mayúsculas!
Intriga
mantenida hasta el final de la historia, no se abusa de los típicos clichés de
la novela negra. Nada es lo que parece, sobredosis de emociones hasta el punto
de plantearte si sufres bipolaridad. Giros inesperados que te desmontan tu
propio argumento y el de Marcus. Y sobre todo un elenco de personajes que no te
deja indiferente. Desde el más irritante al más adorable.
No
sé, me gustan las historias que te hacen pensar, divagar. Me gustan los
personajes con personalidades bien marcadas cuyos diálogos siempre tienen
trasfondo.
Y
sobre todo me gustan los autores que hacen que te sientas uno más de la novela.
Esos que te meten tanto en la historia que incluso durmiendo sueñas con
posibles soluciones del caso.
Me gustaría que además de leer la novela
focalicéis la atención en la importancia que le da el autor a la “opinión
pública” y sus variaciones durante el avance del caso. Creo que Dicker está
haciendo una crítica mordaz hacia la sociedad y su manera de juzgar y cambiar
el clima de opinión. El famoso “a que huele la calle” “que pensamos que piensan los demás y que
debo pensar yo sobre esto”
Nada
más por mi parte, en vuestras manos queda la decisión de si queréis acompañar a
Marcus a resolver el asesinato de Nola. Los libros, como dice Quebert, son como
la vida, nunca se terminan del todo. Siempre están a mano en nuestra estantería
para volvernos a sumergir en la historia.
Feliz
semana a todos!
Ficha técnica
Título: La verdad sobre el caso Harry Quebert
Autor: Joel Dicker
Editorial: Alfaguara, 2013
Isbn: 9788429414065
Páginas: 672
Pvp: 22€